La Fundación Hábitat y Desarrollo fue creada en 1992 con la misión de proteger ambientes naturales, especies amenazadas y promover el desarrollo sustentable, conjugando la participación del sector privado, la sociedad y el Estado. Desde sus comienzos se abocó a la creación y gestión de reservas naturales en establecimientos rurales. Actualmente, posee 2 Reservas Naturales propias y comparte la administración de 22 Reservas Naturales junto a propietarios privados, sumando más de 38.000 hectáreas bajo protección, distribuidas en 6 provincias de Argentina: Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, Río Negro y Santa Cruz.

En la Cumbre de Biodiversidad, celebrada en 2021 en el marco del 75 período de sesiones ordinarias de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se ha planteado la ambiciosa meta de proteger el 30% del planeta Tierra para el año 2030, a través de la creación de áreas naturales protegidas. El acuerdo Kunming-Montreal, conocido como el acuerdo “30-30-30”, propone para 2030, 30% de tierras y mares protegidos y 30% de áreas degradadas en restauración ecológica. Nuestro país adhirió a esta meta mediante la firma del Convenio de Diversidad Biológica, pero para lograrla es necesario direccionar nuestra atención también hacia la conservación privada porque el territorio argentino se encuentra mayoritariamente en manos de productores agropecuarios y de empresas privadas. Si bien utilizan la tierra para producir los bienes que la sociedad requiere, cada vez más productores entienden que la producción no es sostenible a costa de eliminar la naturaleza silvestre. En este tiempo y en los años venideros nos corresponde explorar los caminos que aseguren el desarrollo sustentable y es con esa finalidad que se creó la Red Hábitat de Reservas Naturales.

¿Cómo se instrumenta una Reserva Natural Privada?

Trabajamos junto a propietarios de tierras interesados en explorar alternativas de manejo sostenible que les permitan producir y conservar la vida silvestre.

Procuramos incorporar predios representativos de ambientes escasamente protegidos, con presencia de especies o paisajes de alto valor de conservación, y en cuya preservación se manifieste el compromiso de los propietarios.

Una vez identificado el lugar que cumple con esas consignas se realiza un Relevamiento Ecológico Rápido, para ello se recorre el predio identificando ambientes, flora, fauna, recursos culturales y problemas de conservación. Cuando se ha reunido esa información, se propone la zonificación del predio. A continuación se firma un convenio entre el propietario y la Fundación. Mediante este sencillo acuerdo se incorpora a la Red Hábitat el área categorizada como reserva. Existen seis categorías de reservas naturales designadas según su tipo de uso, para definirlas la Fundación sigue los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), entidad de la cual es miembro activo.

A partir de la firma del convenio, se propone un plan de acción que es acordado con el propietario y que se desarrolla durante el año, utilizando los recursos disponibles.

Además, permanentemente se trabaja para asegurar el mantenimiento a largo plazo de estos emprendimientos, promoviendo el desarrollo de incentivos que estimulen el manejo conservacionista de los sitios declarados reserva y dando visibilidad a los esfuerzos de los propietarios.

Nuestra organización brinda a sus socios de la Red:


¿Qué protege la Red Hábitat de Reservas Naturales?

En sus comienzos, en el año 1992, la Red Hábitat de reservas privadas y públicas gestionadas por la Fundación se focalizó en el ambiente chaqueño santafesino y en la cuenca del Paraná medio y a fines de esa década en las selvas en galería del río Uruguay, por esa época, una eco región escasamente representada en el sistema argentino áreas protegidas. La primera reserva se creó en asociación con la Universidad Nacional del Litoral (Reserva Ecológica de la Ciudad Universitaria UNL) y luego en el Chaco santafesino con productores rurales. Las reservas en la cuenca del Uruguay pertenecen a Forestal Argentina, integrante del grupo Central Puerto, a empresas del Consorcio Forestal del Río Uruguay y a productores locales independientes.

En la Red Hábitat protegemos algunas zonas de alta singularidad, como los arenales costeros del río Uruguay presentes en la Reserva Natural Tres Cerros, ambiente que no se hallaba representado en el Sistema Federal de Áreas Protegidas y donde crece la palmera de Bonpland (Butia noblickii), especie endémica del sudeste correntino.

En el 2010, incorporamos a la Red el área de amortiguación del Parque Provincial Monte Loayza, bajo gestión conjunta de la Fundación, ubicada en la costa santacruceña, reforzando así la implementación de áreas protegidas costero-marinas cuya representación a nivel nacional e internacional también es escasa. Allí se protege el mayor apostadero reproductivo de lobos marinos de un pelo (Otaria flavescens) del país y unos de los sitios más importantes de aves marinas del litoral atlántico argentino, mientras que su Área de Amortiguación, la Reserva Privada Cañadón del Duraznillo, alberga una porción del poco conocido distrito botánico del Golfo San Jorge. Para cumplir este propósito, se desarrolló una alianza estratégica entre la Fundación, los propietarios de la estancia La Madrugada, la empresa Compañía General de Combustibles (CGC) que auspicia el proyecto y el Consejo Agrario Provincial de Santa Cruz, responsable del área protegida.

En la última década, trabajamos con Empresas Verdes SA (EVASA) en la gestión de dos reservas en los esteros del Iberá, adyacentes al Parque Nacional.

En 2020, la Fundación adquirió las tierras en las que creamos la Reserva Tenondé, en la selva misionera, con fondos aportados por el Comité de los Países Bajos de la UICN. Y en 2021, compramos las tierras de la Reserva Lonco Vaca, en la meseta de Somuncurá, Río Negro, con fondos del World Land Trust (WLT) de Londres.