Actualizamos la información sobre la Red Hábitat de reservas naturales y explicamos cómo crear una reserva para ser parte de la Red, que se propone como un complemento de los sistemas de parques nacionales y de áreas protegidas provinciales.

 

Red Hábitat de Reservas Naturales

La Fundación Hábitat y Desarrollo fue creada en 1992 con la misión de proteger ambientes naturales, especies amenazadas y promover el desarrollo sustentable en una sociedad justa, conjugando la participación del sector privado, la sociedad y el Estado. Desde sus comienzos se abocó a la creación y gestión de reservas naturales en establecimientos rurales. Actualmente, comparte con propietarios privados y agencias gubernamentales la gestión de veinticinco áreas protegidas que protegen más de cincuenta mil hectáreas y son modelos de gestión productiva respetando la vida silvestre.

Internacionalmente, se pretende conservar al menos el 17% de todas las regiones naturales para asegurar la supervivencia de los diferentes ecosistemas del planeta. Nuestro país adhirió a esta meta mediante la firma del Convenio de Diversidad Biológica, pero para lograrla es necesario direccionar nuestra atención también hacia la conservación privada porque el territorio argentino se encuentra mayoritariamente en manos de productores agropecuarios y de empresas privadas. Si bien utilizan la tierra para producir los bienes que la sociedad requiere, cada vez más productores entienden que la producción no es sostenible a costa de eliminar la naturaleza silvestre.

En este tiempo y en los años venideros nos corresponde explorar caminos que aseguren el desarrollo sustentable y con esa finalidad se creó la Red Hábitat de Reservas Naturales.

 

¿Cómo se instrumenta una Reserva Natural Privada?

Trabajamos junto a propietarios de tierras interesados en explorar alternativas de manejo sustentable que les permita producir y conservar la vida silvestre.

Procuramos incorporar predios representativos de ambientes escasamente protegidos, con presencia de especies o paisajes de alto valor de conservación, y en cuya preservación se manifieste el compromiso de los propietarios.

Una vez identificado el lugar que cumple con esas premisas se realiza un Relevamiento Ecológico Rápido (REP), que consiste en recorrer el predio identificando ambientes, flora, fauna, recursos culturales y problemas de conservación. Una vez reunida esa información, se propone la zonificación del predio. A continuación se firma un convenio a cinco años entre el propietario y la Fundación cuya renovación es automática, salvo expresa notificación de alguna de las partes. Mediante este sencillo acuerdo, el área categorizada como reserva se incorpora a la Red Hábitat.

Existen seis categorías de reservas naturales designadas según su tipo de uso; para definirlas la Fundación sigue los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), entidad de la cual es miembro activo.

A partir de la firma del convenio se propone un plan de acción, acordado con el propietario, que se desarrolla durante el año utilizando los recursos disponibles.

Continuamente se trabaja para asegurar el mantenimiento a largo plazo de estos emprendimientos, promoviendo el desarrollo de incentivos que estimulen el manejo conservacionista de los sitios declarados reservas y procurando dar visibilidad a los esfuerzos de los propietarios.

 

Nuestra organización brinda a los socios de la Red:

– Asesoramiento técnico para el manejo de las Reservas

– Análisis de acceso a nuevos mercados y cooperación internacional

– Gestión para el apoyo de entidades y gobiernos locales

– Difusión pública

– Aval institucional

 

¿Qué protege la Red Hábitat de Reservas Naturales?

En sus comienzos, en el año 1992, la Red Hábitat se focalizó en el ambiente chaqueño, en las selvas en galería del río Uruguay y en la cuenca media del río Paraná, zonas escasamente representadas en el Sistema Federal de Áreas Protegidas.

Hoy gestionamos diecisiete reservas naturales junto a agencias gubernamentales, universidades y a productores rurales de Santa Fe, Santiago del Estero, Corrientes, Entre Ríos y Santa Cruz. Ellas representan más de cincuenta mil hectáreas dedicadas a la conservación de distintos ambientes: Chaco semiárido, Chaco húmedo, valle fluvial del río Paraná y la región de los Campos y malezales correntinos, además de selvas en galería y costa del río Uruguay.

En el litoral atlántico patagónico administramos el Parque Provincial Monte Loayza y un área de amortiguación de la estepa santacruceña, reforzando así la implementación de áreas protegidas costero-marinas, cuya representación a nivel nacional e internacional también es escasa. Allí se protege la mayor colonia reproductiva del océano Atlántico de lobo marino de un pelo y más de 8 Km2 (84.000 ha) de mar argentino, mientras que su Área de Amortiguación, la Reserva Privada Cañadón del Duraznillo, alberga una porción del poco conocido distrito botánico del Golfo San Jorge. Para cumplir este propósito, se aliaron diferentes actores: la Fundación, la empresa petrolera Sinopec Argentina -que auspicia el desarrollo-, la empresa Golfo San Jorge, propietaria de las tierras y el Estado, mediante el Consejo Agrario Provincial. En esta iniciativa aportamos guardaparque, camioneta, centro de visitantes, observatorios de fauna y senderos interpretativos.

Diecisiete de las veinticinco reservas se asientan en la Cuenca del río Uruguay e integran un corredor de conservación que complementa la efectividad del Parque Nacional El Palmar y del Refugio de Vida Silvestre La Aurora del Palmar. Diez reservas pertenecen a la empresa Forestal Argentina y, gracias a su compromiso, en ellas se realizan acciones de fuerte impacto local que trascienden las tranqueras de los predios. Están ubicadas en cercanías de Concordia, Paso de los Libres y La Cruz y abarcan algo más de 9.000 hectáreas.

Otra se asienta en una estancia ganadera de la familia Báez Palma, en Paso de los Libres y protege alrededor de 500 hectáreas. Las seis reservas restantes están agrupadas en el Consorcio Forestal Río Uruguay. Pertenecen a empresas agropecuarias medianas, como

Comercio y Desarrollo, Sáenz Valiente Hnos., Iberpapel, Paul Forestal y Exserciyan Bogos y Asadur. Tres de ellas recientemente firmaron un convenio con la Administración de Parques Nacionales para actuar como área de amortiguación del Parque Nacional El Palmar. Otra de estas reservas integra el Sitio Ramsar Palmar Yatay. Suman 3.700 hectáreas de ambientes naturales protegidos.

En la Red Hábitat protegemos algunas zonas de alta singularidad, como los arenales presentes en la Reserva Natural Tres Cerros, ambiente que no se hallaba representado en el Sistema Federal de Áreas Protegidas y donde se encontraron tres especies de aves cuya presencia era desconocida para la provincia de Corrientes. Además allí existen dos poblaciones de palmera de Bonpland, una especie endémica por cuya preservación trabajamos desde 2013.

También gestionamos dos reservas naturales en el oeste del Iberá, que se asientan en predios forestales de la empresa EVASA y protegen 14.000 hectáreas dentro de la reserva Provincial Iberá; las mismas son aledañas a uno de los sectores del flamante Parque Nacional Iberá.

En la provincia de Santiago del Estero estamos asociados con la empresa El Mangrullo, criadores de ganado Bonsmara, que mantiene un área de reserva natural estricta de más de 600 hectáreas y un área de reserva de recursos manejados, de alrededor de 20.000 hectáreas, junto a las Sierras de Guasayán.

Otro logro y ejemplo de implementación efectiva, es la Reserva Universitaria Costanera Este, un espacio natural que se asienta en el campus de la Universidad Nacional del Litoral, en la ciudad de Santa Fe y que cuenta con un guardaparque, centro de visitantes, senderos de interpretación, observatorio de aves y folletería, todo ello aportado y mantenido por la U.N.L. y la Fundación Hábitat y Desarrollo. Se trata de la primera experiencia de la Fundación en el manejo de áreas protegidas. Esta pequeña reserva urbana se ha convertido en el aula verde de la ciudad de Santa Fe y por ella transitan gratuitamente alrededor de 25.000 personas por año. La mayoría de los visitantes participa de visitas guiadas brindadas por estudiantes universitarios, capacitados en técnicas de interpretación del patrimonio.

 

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